Saber de dónde venimos para saber a dónde vamos. Buscar entre renglones perdidos y excavar en lugares olvidados es una necesidad humana en busca de los orígenes.
En Salamanca ese origen está situado en el Cerro de San Vicente. Allá por la primera Edad de Hierro, hace unos 2700 años, se asentaron aquí los primeros pobladores.
Gracias a una estructura cubierta con pasarelas podemos caminar sobre el poblado donde vivieron los primeros salmantinos. Podemos observar las viviendas circulares, silos, despensas y hasta los restos de una calle. Todo ello elaborado con barro y adobe.
Además en este cerro existe un centro de interpretación construido sobre el claustro del desaparecido monasterio benedictino de San Vicente para proteger la planta del antiguo convento.
Es muy fácil llegar hasta el yacimiento y se puede ir caminando desde el casco histórico. Para visitarlo hay que contactar con la oficina de turismo de Salamanca.