Los sueños se instalan en nuestro cerebro justo cuando nuestro cuerpo está en constante ebullición, en la adolescencia. Ese es el momento en el que pensamos, y yo el primero, que todo es posible, que todo lo que seamos capaces de imaginar seremos capaces de llevarlo a la práctica.
Soñamos con hacernos mayores y trabajar de lo que nos apasiona, de casarnos con una chica de revista y celebrar una boda de cuentos. Soñamos y soñamos y soñamos y luego simplemente… dejamos de soñar.
Es como si al llegar a lo que muchos llaman «madurez», esos sueños se desintalasen de nuestro disco duro para siempre.
Seguimos creciendo, haciéndonos mayores, y prácticamente no somos capaces de recordar aquellos sueños.
Este no es mi caso. Yo siempre he soñado con recorrer el mundo, y lo voy a hacer. Mi primer pensamiento de la mañana, el que me empuja a sacar el día hacía adelante, mi motivación para ir a trabajar, mi forma de conciliar el sueño es soñar con esos viajes, todo mi ser están preparándose 24 horas al día hasta que llegue ese momento.
¿Cómo lo voy a cumplir?
No tengo ni idea. Ya he conseguido dejar mi vida «normal» de ahora para conocer un cachito de mundo durante 5 meses, pero esto ha sido solo el principio.
Soñar, soñar y seguir soñado. En mi mundo, en el mundo de Pirulo220, los sueños se cumplen. ¿Y en el tuyo?